Mucha gente me recomienda que escriba un artículo y os explique cómo escribir una novela, en un artículo que “aporte valor”, que explique unos cuantos trucos porque eso me hará ganar autoridad en mi campo.

Me es muy difícil seguir sintiéndome honrado y explicar el método infalible para escribir Guerra y paz, en un artículo no demasiado extenso.

De por sí, escribir es un arte y tiene poco que ver con reglas.

Todo cabe, especialmente en una novela.

Cada vez que decimos la palabra siempre hablando de estos temas deberíamos pedir perdón de inmediato y cambiar “siempre” por “frecuentemente”.

Siempre es mucho decir…

Sin embargo, voy a explorar yo mismo las posibilidades de ser honrado y sin embargo satisfacer las expectativas de quienes me solicitan un artículo sobre cómo escribir una novela.

Historia

Ya que hablamos de tópicos os mencionaré una historia que viene del mundo de la economía y de la empresa. Ya no recuerdo quién lo inventó, aunque me gustaría haber sido yo, pero no. Va de leñadores.

Un leñador trabaja denodadamente y corta pocos árboles porque su hacha está desgastada, pero como considera que va muy despacio, cree que no debe parar de dar hachazos.

En cambio, otro trabaja mucho menos y corta muchos más árboles porque parte del poco tiempo que trabaja lo dedica a tener a punto el filo de su herramienta.

Historia

¿Cuál es el hacha que tenemos que afilar para escribir nuestra novela?

¿Se parece escribir una novela a eso de cortar árboles?

Al margen de consideraciones ecológicas, no hay ninguna tarea en la que cuidar de las herramientas de trabajo no sea fundamental.

Cuál es la herramienta que tiene que afilar el escritor. ¿Se trata de sacarle punta al lápiz? ¿Se trata de tener un buen ordenador, o unas aplicaciones estupendas para escritores? Evidentemente nada de eso tiene demasiada importancia.

El hacha que el escritor tiene que afilar es su cabeza. De ahí es de dónde sale todo. Por eso, en nuestro taller suelo decir que, aunque nos centremos mucho en sus trabajos, el objetivo fundamental, en el fondo es el propio escritor. Donde se enseña y se aprende, siempre el objetivo esta dentro del cráneo de los que quieren aprender.

como escribir una novela con la incubadora de novela de Enrique Brossa
como escribir una novela con la incubadora de novela de Enrique Brossa

¿Qué preguntas hacerte para enfocar tu novela en la dirección apropiada?

Como en esos artículos que me pide mi asesor, cuyos títulos empiezan con un número, te voy a plantear veinte preguntas, o cincuenta o las que sean, para encaminarte en la dirección apropiada para escribir la mejor novela de la historia.

  • ¿Tratas de adquirir cultura?
  • ¿Tratas de cultivar tu independencia de criterio?
  • ¿Estás aumentando tu perspicacia?
  • ¿Has adquirido una nueva forma de mirar, una mirada de escritor?
  • ¿Has empezado a pensar por tu cuenta? Es decir: ¿has empezado a pensar? Solamente pensar por tu cuenta es pensar, ¿sabes?…
  • ¿Eres cada día más independiente en tu manera de vivir?
  • ¿Has ganado en sensibilidad?
  • ¿Has aumentado en profundidad?
  • ¿Te has vuelto más narrador y más poeta?
  • ¿Logras captar las cosas de un modo distinto al de los demás?
  • ¿Tienes algo que decir?
  • ¿Ya te fascinan las paradojas y los secretos que encierran?
  • ¿”Amas los mundos sutiles” y los brutales a partes iguales?
  • ¿Ves a tu alrededor cosas que otros no ven o al menos las ves de modo diferente?
  • ¿Crees descubrir algo en el interior de las almas ajenas como en la tuya?
  • ¿Piensas alguna vez en la vida, en el mundo, en la existencia… ?
  • ¿Has notado esa sensación de que tienes un profundo compromiso contigo mismo?
  • ¿Te has introducido ya en los vericuetos de las etimologías, como el que explora un viejo barrio laberíntico?
  • ¿Notas que estás aprendiendo a razonar y no solo a sentir?
  • ¿Piensas frecuentemente acerca de tu lengua? ¿Y respecto al lenguaje?
  • ¿Sabes encontrar horror y belleza? ¿E inventarla?
  • ¿Ya sabes la diferencia entre leer mucho y leer bien, con intensidad?
  • ¿Has reconocido lo que no te hace reír? ¿Y tu propio sentido del humor?
  • ¿Ya comprendes que escribir es un modo de componer música?
  • ¿Has pasado de poner algo de ti en cada personaje a observar que todos tus personajes han dejado algo en ti?
  • ¿Se te ocurren nuevas maneras de expresar algo que estás escribiendo en la cama o en la ducha? ¿Estás ya suficientemente obsesionado con escribir?

¿Aprecias el privilegio de poder escribir una novela, vendas o no tus textos?

El hacha que tienes que afilar eres tú mismo. Lo lograrás respondiendo en cada instante a todas estas preguntas a la vez y a muchas otras que debes formularte.

Las historias que cuentas son para el papel, pero la mayor aventura de fondo está más allá de tu texto, sucediendo dentro de ti.  Hay algo religioso en escribir.

Por eso te digo que cuando aprendemos a escribir novelas o relatos, en realidad el objetivo no es tu texto. El objetivo eres tú, el escritor.

Creo que lo que te acabo de decir tiene mucho más valor que advertirte que no debes abusar de los adverbios acabados en mente o que no repitas palabras.

He sido honrado y creo sinceramente haber “aportado valor”. Porque para mí escribir es algo mucho más intenso aun que vivir.

¿Qué es escribir una novela?

Es un cambio profundo, es conectar con las realidades paralelas que tú mismo creas, para comprender mejor el mundo. Escribir es una de las experiencias más fascinantes que puede vivir un ser humano con imaginación.

¿Y para ti? Déjame algún comentario.

El objetivo es el escritor.

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